Joaquín Rodrigo
Joaquín Rodrigo Viadre nacido en Sagunto, Valencia, España, el 22 de noviembre de 1901, fallece el 6 julio de 1999 en Madrid a los 97 años. Era el menor de seis hijos, dos hermanos y cuatro hermanas. Su padre era un terrateniente de Almenara (Castellón), líder del partido conservador en zona republicana. A los tres años de edad, una epidemia de difteria que mató a varios niños le dejó ciego. Fue operado en Barcelona y pudo ver luz y distinguir colores, pero varias intervenciones posteriores no tuvieron éxito y finalmente el glaucoma le cegó por completo. Posteriormente el maestro comentaría que esta desgracia lo llevaría a la música. Ingresó a un colegio para niños ciegos en Valencia, y a los ocho años ya estudiaba solfeo, piano y violín en braille. Su profesor de armonía y composición fue Francisco Antich. Los músicos Enrique Gomá y Eduardo López Chavarri fueron maestros suyos y ejercieron gran influencia sobre él. Rafael Ibáñez, amigo de la familia, fue encargado por ésta para instruir al joven, y que más tarde fue también compañero, secretario y copista: «Rafael me prestaba los ojos que yo no tenía», decía a menudo el compositor.
A principios de los años 20, Rodrigo era un pianista espléndido y un estudiante de composición fascinado por las corrientes más importantes del arte. Ravel y Stravinski eran dos de sus grandes referencias. Rodrigo decidió irse a París y en 1927 siguió los pasos de Falla, Albéniz y Turina. Durante su vida, Rodrigo compuso al menos 26 piezas para guitarra además del Concierto de Aranjuez, con lo que contribuyó decisivamente a dignificar la guitarra como instrumento de concierto. Algunos hablan de Rodrigo como artista cercano a la Generación del 27, grupo al que estuvo unido, sobre todo, a través de su amigo Regino Sainz de la Maza, motor y vehículo de transmisión de su música, y solista en el estreno de la obra cumbre del compositor, que se la dedicó al guitarrista. Otra de sus famosas obras para guitarra es la dedicada al legendario Andrés Segovia, su Fantasía para un Gentilhombre, para guitarra y orquesta.
También compuso conciertos para dúo y cuarteto de guitarras, además de piezas magistrales para guitarra sola. En su juventud, de acuerdo a los críticos musicales, sus composiciones hacen remembranza a Granados. En París Rodrigo estudió composición con Paul Dukas y allí se hizo amigo de Manuel de Falla. En esta ciudad conoce a la pianista turca Victoria Kamhi, su futura esposa. Durante la guerra civil española, Rodrigo permaneció unos años en Friburgo, y a su vuelta a España asume un puesto en el departamento de Música de Radio Madrid.
Cuando se instaló en Madrid, el compositor trabajó como crítico musical en los diarios Pueblo, Marca y Madrid, además de dedicarse a la docencia. Tras el estreno de su obra magna, en 1940 en Barcelona, Rodrigo no paró de componer. Lo hizo en todos los géneros y estilos; musicalizó ballets y películas, escribió canciones, zarzuelas, piezas vocales, para piano y para orquesta… No dejó de hacerlo hasta los años 80, que con los 90 fueron tiempos de premios y reconocimiento.
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