Rafael Leonidas Trujillo Molina
Nació el 24 de octubre de 1891. Hijo del señor José Trujillo Valdez y de la señora Altagracia Julia Molina Chevalier. Su padre era comerciante y su madre ama de casa, considerada por quienes la conocieron: «mujer sencilla y generosa».
Sus padres se casaron en San Cristóbal y allí nacieron sus 9 hijos: Rafael Leonidas, Rosa María Julieta, José Arismendy (conocido como «Petán»), Amable Romeo (conocido por «Pipí»), Aníbal Julio, Nieve Luisa, Pedro Vetilio, Ofelia Japonesa y Héctor Bienvenido. Este último apodado «Negro».
Rafael Leonidas recibió educación elemental de su abuela materna, Doña Ercina Chevalier. A la edad de seis años fue inscrito en la escuela de Juan Hilario Meriño. Allí aprendió lectura elemental. Luego fue enviado al colegio de Don Pablo Barinas, un maestro que pertenecía al grupo de los discípulos de Eugenio María de Hostos, educador nacido en Puerto Rico que, junto a Salomé Ureña se dedicó a formar a los jóvenes a través de las escuelas normales.
Muy pequeño, Rafael mostró amor por los caballos. Cuentan los que le conocieron en su infancia, que se distraía con frecuencia cabalgando un caballito «hecho de palo». En su adolescencia se le veía frecuentemente cabalgar junto a su pariente Virgilio Álvarez Pina, llamado luego Chucho Álvarez.
Desde joven se caracterizó por ser un «galanteador de mujeres»; esto trajo en diversas ocasiones disgustos entre algunas familiares dominicanas, porque a veces las conquistaba a la fuerza. También le atraía mucho el baile e ir a la playa. Siempre aparecía bien vestido e impecablemente limpio; era una persona muy presumida al vestir.
Su tío Plinio Pina Chevalier, quien era el jefe de servicio . Telegráficos en San Cristóbal, en el año 1907, le consiguió su primer empleo como Telegrafista. En este laboro durante unos años, luego paso a trabajar en una oficina de Correos en Santo Domingo, donde complete u formación.
En 1913 contrajo matrimonio con Aminta Ledesma, una joven de origen campesino, considerada amable y bondadosa. Con ella tuvo dos hijos, de los cuales solo se crio una, llamada Flor de Oro. A la edad de 25 años obtuvo un empleo como pesador encargado en un cargadero, donde la caña de azúcar era llevada desde la carreta de bueyes a la vagoneta ferroviaria. En este tipo de actividad laboro en San Isidro y luego en Boca Chica.
Luego fue designado guardacampestre de un ingenio, para cuidad los predio y alrededores de la colonia azucarera, evitar los robe ayudar a sofocar los incendios o cualquier disputa en la cual fuera necesaria la presencia de una autoridad para mantener el orden. Deja este trabajo para solicitar su entrada en la Guardia Nacional, creada por los americanos en nuestro país » de abril de 1918. Después de ocurrir la ocupación norteamericana del año 1916, el 18 de diciembre del 1918, fue admitido como Segundo Teniente.
Trujillo ingreso al Ejército con el propósito de realizar una carrera militar y ascender. A la edad de20 años fue recogida una frase que pronunció antes de ingresar a las filas del Ejercito: «Voy a entrar en el Ejercito y no me detendré hasta ser su jefe». Esa frase confirma que siempre fue una persona dueña de sí mismo y que sabía lo que hacía en cualquier circunstancia, además de su voluntad e inclinaciones por la milicia
Mientras estuvo en el Ejército fue muy popular y trató de hacer de la Policía Nacional un ejército nuevo. Conservó las enseñanzas recibidas por los militares norteamericanos.
Aprendió todo lo que pudo, pero muchas cosas las aprendió por sí solo.
Tras divorciarse de su primera esposa, se casó con la señorita Bienvenida Ricardo, a quien conoció cuando ‘se encontraba en la ciudad de Montecristi; y luego volvió a casarse con Doña María Martínez, con quien procreó tres hijos: Ramfis, Angelita y Radhamés.
En el 1930, debido a 1a inestabilidad política, la corrupción administrativa del gobierno de Horacio Vásquez, el aumento de la deuda externa, la paralizaci6n de obras públicas y la inestabilidad económica (producto de la lucha entre los caudillos o caciques Horacio Vásquez y Juan Isidro Jiménez), estalló en la ciudad de Santiago un movimiento cívico, opositor al régimen de Horacio Vásquez, movimiento este que contó con el apoyo de Rafael Leonidas Trujillo Molina (siendo ya General del Ejército Nacional), y que estaba capitaneado por Rafael Estrella Ureña, Elías Brace y Desiderio Arias, quienes rápidamente tomaron la Fortaleza San Luis, cuya guarnición enterada de la trama no opuso resistencia y de inmediato comenzó la marcha hacia la Capital.
El movimiento, que también contó con el apoyo de otros grupos opositores y un ejército de cientos de hombres absurdamente armados de viejos fusiles, revólveres y machetes, entraron a la capital dominicana, forzando al Presidente Vásquez a renunciar. En esa contienda, el General Trujillo tuvo un papel preponderante y determinante, pues al viejo caudillo desoír los consejos de sus asesores de destituir a Trujillo, este mantuvo sus tropas en la fortaleza Ozama y no salió a defender al gobierno ni tampoco
permitió que los horacistas hicieran resistencia al «movimiento cívico».
Teniendo el Presidente Vásquez, el Vicepresidente Alfonseca y sus acompañantes que tuvieron que refugiarse en la legación norteamericana, cuyo ministro recibió garantías personales de Trujillo de que seguiría siendo leal a Vásquez y ante tales garantías, el Presidente Vásquez y sus acompañantes regresaron a la Mansión, donde se les notifico que el Jefe del Ejercito lo traicionaba. Conociendo esta noticia el Presidente Vásquez se traslado a la Fortaleza Ozama y allí preguntó a Trujillo: «General, deseo saber si soy su Presidente o su prisionero «.
Trujillo, saludando militarmente, respondió: «Usted es mi Presidente, ordéneme».
Acosados por la enorme presión del General Rafael Leonidas Trujillo Molina, Jefe del Ejercito y candidato presidencial por la Confederación de Partidos, tanto Federico Velásquez como Ángel Morales retiran sus candidaturas (presidencial y vicepresidencial, respectivamente) para las elecciones que debían tener lugar dos días mas tarde; esto es el16 de mayo de 1930.
Como resultado, el 16 de mayo de 1930 fueron elegidos Presidente y Vicepresidente de la Republica Rafael Leonidas Trujillo y Rafael Estrella Ureña, respectivamente. Este hecho marca el inicio de la dictadura de 31 años de Trujillo.
En el acto de juramentación de Trujillo había mucha gente y un gran sector del pueblo que le apoyó, pero también algunas personas que ya conocían de lo que Trujillo podía ser capaz, en uno de los párrafos de su discurso de juramentación como Presidente de la Republica, Trujillo pronunció estas palabras: «En la corta y agitada vida nacional, conmovida frecuentemente por acontecimientos tan violentos como inesperados, acaso no pueda señalarse momento alguno más interesante que este, cuya primera etapa culmina el día de hoy». Estas expresiones son una prueba más de sus características de actor que bien sabía fingir cuando el momento era preciso.
Trujillo hablaba de la violencia, queriendo decir que esta sería una etapa superada y bien sabemos los dominicanos la falsedad que implicaban estas palabras.
En medio de los efectos de la crisis mundial del 1929, en una época en que la población dominicana era de un millón de habitantes, aproximadamente; habiendo el país recibido como herencia una deuda externa de 20 millones o mas de dólares y una deuda interna de 3 millones de pesos; el paso por el país del ciclón San Zenón, que destruyó casi toda la ciudad capital, Trujillo asume el poder el16 de agosto de 1930 y los efectos del ciclón le permiten aparecer ante el pueblo como un hombre bondadoso, ya que la ciudad quedó aislada por las inundaciones, se derrumbaron la mayoría de las viviendas, no había luz ni agua, el resultado fue desastroso y, sobre todo, se perdieron miles de vidas humanas. Trujillo aprovechó para ayudar a muchas de las personas que quedaron sin hogar y se encargó é1 mismo de la reconstrucción de la ciudad.
Al iniciar su gobierno, Trujillo enfrentó varios problemas económicos, entre los cuales algunos fueron heredados de Horacio Vásquez, otros eran producto de la crisis mundial de 1929 y algunos se le presentaron al llegar al poder. Como consecuencia se produjo la paralización de obras públicas y el desempleo aumentó. Trujillo trató de hacer desaparecer algunas empresas con el propósito de monopolizarlas; en el 1931 el Congreso apoyó la Ley de Emergencia, mediante la cual solo pagaría los intereses de la deuda externa y suspendería el pago del capital. Esta ley convenía a los Estados Unidos para garantizar 1as inversiones financieras y con esta medida apoyaban mas al gobierno dominicano. Hábilmente, Trujillo disminuyó lo gastos del Gobierno, dejó de pagar la deuda interna y paralizó las obras publicas que se había iniciado. Estas medidas permitieron la recuperación del Estado, aunque empleados y obreros salieron perjudicados, porque a pesar desempleo, fue despedida una gran cantidad de empleados, 1a agricultura fue extendida y empezó a producirse arroz, habichuela y otros productos que se compraban en el extranjero,
A partir del 1934 el gobierno empezó a fortalecer su economía y se inició un proceso de modernización del Estado.
Desde el principio de la llamada «Era de Trujillo» las acusaciones, desapariciones y los asesinatos fueron frecuentes. A raíz de su ruptura con Desiderio Arias, quien su amigo de lucha y uno de los que proporcionaron su ascenso al poder, en el seno del propio gobierno algunos de sus seguidores continuaron siendo víctimas de acusaciones y humillaciones. Por ejemplo, el Vicepresidente Estrella Ureña fue acusado por el gobernante y le fue enviada una carta en los siguientes términos: «Yo quiero que usted sepa que, a pesar de que estaré dedicando todas las horas del día y de la noche para
luchar contra los efectos del desastre, también estoy muy pendiente de los movimientos y de los pasos que están dando los políticos dominicanos. Sé que usted está con el general Desiderio Arias y con otros políticos dominicanos para traicionar al Gobierno y fomentar la revolución contra el… «Este fragmento es parte de una carta dirigida a Estrella Ureña por el Presidente Trujillo.
Esto demuestra que ya Estrella Ureña caería en desgracia con el gobierno. El 25 de agosto de 1931, atemorizado, partió hacia los Estados Unido con su hermano, argumentando un viaje de placer. Con esta acción quiso salvar su vida, y se declaró exiliado y desde allí empezó a denunciar a la tiranía.
El 21 de junio de 1931 el entonces Presidente Rafael Leonidas Trujillo emitió desde Santiago una proclama con motivo de la muerte el día anterior del caudillo militar noroestano, General Desiderio Arias. Trujillo dijo que Desiderio Arias cayó «víctima de su irreflexión y de su desamor a la paz»; asimismo el gobernante proclamó que «todos los ciudadanos que hayan abandonado sus hogares con fines subversivos tienen plenas y absolutas garantías de libertad, intereses y vida para reintegrarse a sus hogares o hacer su presencia a las autoridades gubernativas en un plazo de 48 horas. «
«He sido el primero en lamentar la caída de quien fue mi aliado y mi amigo, de quien no tuvo el gobierno y de mi propia persona sino poderosos motivos de gratitud», dijo Trujillo en la proclama emitida en Santiago. Agrego que «hoy, cuando los escasos compañeros del infortunado andan dispersos y errantes… no me siento con rencores hacia nadie ni dispuesto a ejercer represalias, sino las represalias de nuestras leyes penales”.
El General Arias cayó en combate el día 20 de junio del 1931, fue decapitado y su cabeza paseada por las calles de Santiago, en donde se estableció desde marzo de ese año el entonces Presidente Trujillo. Días antes Trujillo había intentado entrevistarse personalmente con Desiderio quien por recelar los motivos de la cita. Precipitó su partida a la montana, donde fue traicionado y sorprendido. Murió acribillado por tropas leales al régimen, quienes lo decapitaron en medio de vítores de las hordas trujillistas.
Una de las preocupaciones de Trujillo desde su llegada al poder fue la delimitación fronteriza y por los sucesos que ocurrían en la misma. En el influía mucho el sentimiento racista en contra de los negros haitianos, se negaba a verlos vivir en territorio dominicano; tenía el afán de evitar conflictos en las fronteras entre dominicanos y haitianos, y también de expulsar a los haitianos para «dominicanizar la zafra». Es decir, que fueran los dominicanos quienes cortaran la caña. El 2 de noviembre de 1934 visitó la ciudad de Puerto Príncipe en Haití, y en 1935 vino a República Dominicana el presidente haitiano Stenio Vicent. Ambos firmaron un acuerdo.
En el 1935 fueron expulsados de República Dominicana un grupo de obreros de nacionalidad haitiana, con el fin de dominicanizar el corte de la caña. El 13 de agosto de 1937 el presidente dominicano realizó y ordenó la persecución y matanza de haitianos.
La matanza de miles de haitianos, ordenada por el propio presidente Trujillo, se convirtió en un verdadero escándalo internacional de graves proporciones para el régimen de Rafael Leonidas Trujillo. La cifra de muertos se ha establecido en 17,000.00, aunque el gobiemo, por boca del canciller Joaquín Balaguer, dijo que se trató de escaramuzas entre terratenientes haitianos y dominicanos en las que el gobiemo de ese entonces nada tuvo que ver. Después de la matanza de haitianos, el país entero fue escenario de un gran simulacro, puro teatro. Trujillo ordenó una investigación a través de la Secretaria de Justicia, para determinar quienes habían sostenido los incidentes con los haitianos y como ya no se podía aguantar más, hubo que reconocer en los expedientes de la justicia que murieron muchos haitianos».
Tras el hecho, ambos gobernantes (el dominicano y el haitiano) y luego de Trujillo comprometerse a dar una indemnización que al final resulto ser de 700,000 pesos, se reunieron en la frontera y fueron fotografiados juntos en una aparente amena cordialidad. Para disimular esta tragedia, Trujillo encarceló a algunas personas que, según él, «se excedieron» en las ordenes que el dio.
En 1938, como consecuencia de la matanza de nacionales haitianos, Trujillo no tuvo valor para reelegirse como presidente y quiso dar la apariencia de flexibilidad. Hizo arreglos para colocar en la Presidencia a otra persona, en este momento se valió de Don Jacinto B. Peynado, quien fue elegido conjuntamente con Manuel Troncoso como Presidente y Vicepresidente, respectivamente, el 16 de mayo de este mismo año.
La Segunda Guerra Mundial, iniciada en el año 1939, fue un acontecimiento que hizo sentir sus efectos en todos los países del mundo. Duro hasta 1945, aunque sus efectos se prolongaron más allá. En nuestro país, el gobernante Trujillo seguía dando muestras de flexibilidad política, permitió que se empezaran a formar sindicatos y otras organizaciones obreras.
La República Dominicana tuvo un auge económico, debido al aumento de las exportaciones de productos agrícolas que por los efectos de la guerra tenían una gran demanda en otros países, y de esta manera se incrementaron las riquezas del gobernante y su familia, pero los salarios seguían igual. Los Trujillo continuaron su política de expansión empresarial, establecieron compañías navieras, un matadero, industrias de cemento y otras empresas.
EI 24 de septiembre de 1940, el Presidente Trujillo y el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Cordell Hull, firmaron un tratado con el Gobierno Dominicano y los Estados Unidos, tratado este que se le dio el nombre de «Tratado Trujillo-Hill». Este tratado suprimía la Convención de 1924, que se firmó durante el gobierno de Horacio Vásquez así como el control de las Aduanas por parte de Estados Unidos, a condición de que el gobernante dominicano diera seguridad de pagar la deuda externa.
EI mismo año de la firma del tratado también se creó el Banco Agrícola que tenía como función ayudar con préstamos al desarrollo de la agricultura y otros negocios; luego se creó el Banco Central y el Banco de Crédito y Ahorros. Además de estos bancos nacionales empezaron a operar el Banco Royal of Canada y el Banco Nova Scotia.
En 1946, producto de la mala situación de la clase obrera, empezaron las huelgas, la primera se realizó en el Central Romana el día 7 de enero de 1946. Duro 11 días. Los huelguistas lograron un aumento salarial, pero cuando Trujillo vio que continuaban los movimientos obreros, empezó a perseguir a los líderes, unos fueron asesinados o encarcelados y otros tomaron el camino del exilio fuera de su país. En la organización de estos movimientos sindicales del Este se destacaron Mauricio Báez, Justo Del Orbe, Providencia viuda Lugo, Hernando Hernández y otros. También se produjo en esta época la salida de muchos opositores políticos que tuvieron que tomar el camino del exilio, tales como: Don Juan Bosch, Don Ángel Miolán y Don Juan Isidro Jiménez Grullón, entre muchos otros. Países como Venezuela, Costa Rica, Cuba y Guatemala se convirtieron en refugio para los exiliados dominicanos.
Más tarde, un grupo encabezado por 1os lideres Mauricio Báez, Freddy Valdez, Roberto McCabe, Raúl Cabrera y otros, integraron el Partido Socialista Popular, de influencia cubana. La mayoría de estos líderes fueron asesinados, apresados o fueron a parar al exilio, junto con estas persecuciones el movimiento obrero fue exterminado.
En el año 1947 Trujillo logro cancelar la deuda y adquirió en el país la sucursal del National City Bank, que era el banco que controlaba las operaciones económicas en el país y empezó a funcionar el Banco de Reservas.
Desde los primeros meses del año 1947, exiliados dominicanos y soldados de diferentes países del área del Caribe, se reunieron en Cuba, se reclutaban en grupos y prepararon un desembarco contra el gobierno dictatorial de Trujillo, para su entrenamiento eligieron un islote llamado Cayo Confites, situado en la Costa Septentrional de Cuba. Allí recibían apoyo, refuerzos y dinero de países como Cuba, Guatemala y otros. Se entrenaron para realizar una invasión por tierra, mar y aire con el propósito de derrocar la dictadura. La dirección de esta invasión la componían: Juan Rodríguez, Juan Bosch, Ángel Morales, Juan Isidro Jiménez y Leovigildo Cuello.
Esta expedición no tuvo éxito, pero el grupo seguía con su intento de invadir. Más tarde, en el año 1949, el grupo adquirió aviones, fusiles, armas y dinero. Se congregaron en ese momento en Guatemala, encabezados por Don Horacio Ornes, Juan Rodríguez G., Miguel Ángel Ramírez y otros.
De seis aviones que salieron desde Guatemala con rumbo a la República Dominicana, cuatro tuvieron que descender por mal tiempo; de los dos restantes uno solo aterrizo en Luperón (República Dorninicana), y el otro se vio obligado a aterrizar en México. El que aterrizó en Luperón transportaba a 15 expedicionarios, de los cuales casi todos murieron y solo se salvaron 5, entre los que se encontraba Horacio Ornes, quien encabezaba el grupo.
La década de les 50 fue muy decisiva para la República Dominicana, pues se creó un ambiente de anti-trujillismo como nunc a antes. A partir del año 1952, siguiendo un plan estratégico con el fin de dar a entender que Trujillo era un líder democrático, empezó a gobernar Héctor B. Trujillo, hermano del dictador.
En el 1955 se inauguro la «Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre», fue una celebración donde la hija de Trujillo fue coronada Reina de la Feria; todo fue un derroche de lujos. El gasto en las edificaciones de la Feria ascendió a unos 70 millones de pesos, se construyo también el hotel Paz y el hotel EI Embajador, ambos existentes todavía. Hoy las edificaciones realizadas con motivos de la Feria son utilizadas como oficinas para el Gobierno, no obstante ese despliegue de lujos y carrozas con motivo de estas fiestas, el pueblo se sentía amargado con los crímenes y las persecuciones políticas.
EI 12 de marzo de 1956 se produjo la captura y el asesinato de Manuel de Jesús Galíndez, un ciudadano vasco que había llegado al país desde España, junto con un grupo de refugiados de la guerra civil española de 1939. Galíndez trabajó en la Escuela Diplomática de la Secretaria de Relaciones Exteriores de nuestro país, y en el Departamento de Trabajo. Galindez, al ver como se tomaba la situación dominicana en cuanto a las persecuciones, decidió irse a vivir a New York. Allí este fue secuestrado por miembros del Servicio Secreto de Trujillo y luego desaparecido. Se cree que influyó mucho su muerte.
Luego desapareció también el piloto norteamericano Gerard L. Murphy, quien trajo a Galíndez desde Estados Unidos. Este asesinato le fue atribuido falsamente al piloto dominicano Octavio De la Maza, quien apareció ahorcado en la cárcel de La Victoria. Esta cadena de crímenes trajo como consecuencia que la Embajada Norteamericana y otros organismos internacionales se interesaran· en aclarar este hecho.
En este último año fue asesinado el escritor Ramón Marrero Aristy, un joven intelectual que también trabajo al servicio de Trujillo en diferentes oficinas estatales, para darle muerte se simuló un accidente y su cadáver apareció carbonizado en la carretera de Constanza. En esta época los servicios de inteligencia se reforzaron con la presencia de Johnny Abbes García y Arturo Espaillat. Abbes fue un hombre que llego a cumplir varias misiones al servicio de Trujillo; incluyendo viajes al exterior, para vigilar los pasos de muchos exiliados políticos.
El día 14 de junio de 1959 se produjo una nueva invasión que entre al país procedente de Cuba, con el apoyo del gobiemo de Venezuela y de la misma Cuba. Esta vez los expedicionarios entraron por tres puntos diferentes: Constanza, Maimon y Estero Hondo.
Producto de este desembarco, el ejército dominicano por ordenes de Trujillo bombardeo los campos, produciéndose la muerte de inocentes personas integrantes de la población civil. Esto originó denuncias internacionales en contra el gobiemo, algunos de los expedicionarios murieron en combate, otros fueron fusilados, sobreviviendo solo los señores: Poncio Pou Saleta, Mayobanex Vargas, Medardo Germán, Delio Gómez Ochoa y Pablo Mirabal. Este hecho dio como resultado que el pueblo dominicano entendiera que tenía que organizarse, formándose el grupo 14 de Junio, también llamado lJ4.
Por las vinculaciones que se crearon, este movimiento puso a Trujillo a pensar, ya que en el mismo se encontraban amigos de la familia Trujillo, sobre todo jóvenes que mantenían relaciones con sus hijos Ramfis y Angelita. Las cárceles se llenaron de presos políticos, se creó una cárcel especial para torturar llamada «La 40». Allí se utilizó la famosa «silla eléctrica» y otras crueles formas de tortura, además de «La 40» habían otras cárceles, como «La Victoria», la del kilometro 9, ubicada en la Carretera Mella y la famosa cárcel de Nigua.
El 28 de enero del 1960 Trujillo, acosado par el clima de inconformidad reinante, creado a partir de la invasión del 19 de julio del 1959, ordenó un arresto masivo de desafectos a su régimen, caen en dichas redadas centenares de miembros de la agrupación política que tome el nombre del día anterior del desembarco (14 de .Junio) y que lideraba el doctor Manuel Aurelio Tavárez Justo (Manolo). Lo apresamientos de los integrantes de dicha agrupación, cuyo miembros formaban parte de lo más granado de la juventud dominicana, abarco prácticamente todo el país acusándole de conspiradores contra el régimen. Denunciándose, luego, que todos los apresados fueron víctimas de las más crueles torturas, muchos perecieron, otros fueron encerrados en cárceles inmundas y sometidos a las mas espantosas muertes. Se dice que unas 2,000 personas fueron encarceladas acusadas de conspirar contra el régimen de Trujillo.
El 31 de enero del año 1960, la alta jerarquía de la Iglesia Católica del país, justo dos semanas después del descubrimiento de la existencia del Movimiento 14 de Junio, elevó una formal protesta por los grandes desmanes y abusos cometidos por el régimen de Trujillo, leyéndose una Carta Pastoral en todas las iglesias del país en la que reclamaban la vigencia, de los derechos humanos y recordaban a las autoridades que «únicamente Dios, autor de la vida», tenía derecho de quitarle la vida a un humano.
La Carta Pastoral fechada el 25 de enero del 1960, fue leída en la misa del domingo 31 del mismo mes.
La Pastoral fue firmada por el Arzobispo, Monseñor Ricardo Piantini; Octavio A. Beras, Arzobispo Coadjutor de Santo Domingo: Hugo Eduardo Polanco Brito, Obispo de Santiago: Francisco Panal, Obispo de La Vega; Juan Félix Pepén, Obispo de La Altagracia, y Thomas F. Reilly, prelado de San Juan de la Maguana. La conducta de la Iglesia fue aún más lejos, pues además protegió a involucrados en el movimiento opositor, con la asistencia de la Embajada de Estados Unidos, algunos de estos últimos trasladados clandestinamente a territorio norteamericano.
EI 6 de marzo de ese mismo año, la Iglesia Católica da a conocer otra Carta Pastoral en la que se demandaba la puesta en libertad de los presos políticos, acción que casi coincidió con una petición elevada por el entonces gobierno de Venezuela, para que una comisión de la OEA investigara las violaciones a los derechos humanos, cometidos por el régimen, solicitud esta que encontró eco en esa entidad internacional, pero los miembros designados para investigar la situación dominicana no pudieron visitar la República Dominicana ante la negativa del Generalísimo Trujillo.
Ese mismo año Trujillo obligó a su hermano Héctor a renunciar y el día 3 de agosto se juramenta, apoyado por Trujillo, el Dr. Joaquín Balaguer Ricardo, en ese momento contaba con 53 años de edad. Durante el gobierno de Balaguer en ese entonces se produjo el indulto de algunos presos políticos, pero el dictador conservo la esencia del poder.
También, como un eslabón mas de la cadena de crímenes cometidos por la dictadura, en ese fatídico año, el 25 de noviembre, fueron brutalmente asesinadas a palos, en manos de sicarios del Servicio de Inteligencia Militar: Patria, Minera, María Teresa Mirabal y su chofer Rufino De la Cruz Disla. Las hermanas Mirabal, en ese fatídico día, regresaban a Salcedo por la carretera que conduce a Puerto Plata, donde habían acudido para visitar a sus respectivos esposos encarcelados en enero de ese año por su participación en el movimiento de resistencia a la dictadura. Fueron detenidas por una patrulla militar que después de asesinarlas a palos, para simular un accidente sus cuerpos sin vida fueron introducidos nuevamente en el propio vehículo en que viajaban y arrojado por un precipicio. Este horrendo crimen sacudió profundamente la conciencia de todo el pueblo y originó una verdadera conmoción internacional.
El sepelio de las hermanas Mirabal se llevó a efecto en Salcedo, donde nacieron, y a pesar de que tropas del ejército, la Policía y el Servicio Secreto tomaron militarmente esa población. Centenares de personas, en conmovedora manifestación de dolor, asistieron al acto. Este entierro se convirtió en el primer desafió la masas populares al régimen de Trujillo. Se dijo que las dificultades de la familia Mirabal Reyes con Trujillo comenzaron en enero de 1949, cuando varios de sus integrantes abandonaron antes de marcharse el tirano el salón de la Casa Borinquen de San Cristóbal, donde se celebraba un baile.
Las hermanas Mirabal habían estado en prisión por su participación en el movimiento de resistencia contra la dictadura, hasta el 8 de marzo de ese año, cuando la Sub-Comisión de Sanciones de la OEA logró que las pusieran en libertad. Este asesinato profundizó el sentimiento anti-trujillista que ya ardía en el pueblo dominicano.
Este año fue más visible el deterioro de las relaciones de Trujillo con Estados Unidos, por el descrédito que tenia a el régimen, muchos diplomáticos renunciaron a sus cargo y decidieron no regresar al país, asilándose en diferentes embajadas. El sentimiento hostil hacia la dictadura había crecido tanto, que entre los movimientos de oposición se encontraron militares, algo que antes no era posible, en menos de cuatro meses se produjo la encarcelación de miles de dominicanos. Las múltiples humillaciones de que fueron objeto, militares y civiles colaboradores del gobierno, en ocasiones, Trujillo les insultaba y hasta llegó a agredir físicamente a algunos y a otros ordenó asesinarles.
Debido al descrédito como gobernante, Trujillo quiso dar la apariencia de que le interesaba mejorar la vida de la gente y empezó a construir viviendas para personas de escasos recursos a bajo costo; entre los años 1958 y 1960 fueron construidas casi 200 viviendas y 800 casas rurales y prometió que las próximas elecciones serian libres. A toda la oposición se unió la Iglesia Católica, que en enero de 1960 preparo una Carta Pastoral que fue leída en las iglesias, la cual planteaba una abierta oposición a las medidas represivas del régimen y en uno de sus párrafos trataba:
«Es una ofensa a Dios suprimir los derechos individuales derivados del derecho natural y que incluyen 105 derechos democráticos de libertad de conciencia, de prensa y de reunión… «
La creación del gobierno no se hizo esperar, inició persecuciones en contra de los sacerdotes, llegaron a realizar desordenes encabezados por miembros del servicio de inteligencia de Trujillo y esto motivo que algunos obispos y sacerdotes tuvieran que esconderse. El 24 de junio de 1960, el dictador trato de asesinar al Presidente venezolano Rómulo Betancourt. La reacción internacional se hizo sentir y en una reunión de cancilleres representantes de los países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), se decidió imponer sanciones económicas y diplomáticas al gobierno de la República Dominicana. Con esto el país quedo aislado, se paralizaron las exportaciones y las compras al exterior.
A la situación en que se encontraba el régimen ya en decadencia se sumaron los problemas y ataques en los tiempos católicos, a través de las emisoras de radio los sacerdotes eran insultados, el Nuncio Papal, Arzobispo Lino Zanini, fue acusado de comunista e insultado a través de la emisora Radio Caribe, A los conflictos de la Iglesia también se unieron las presiones de tipo económico y un préstamo con el Fondo Monetario Internacional de 11.2 millones de dólares. Esta deuda fue saldada después por el Presidente Bosch, en el año 1963.
Trujillo decidió controlar todos los movimientos económicos y asumió personalmente la presidencia de los bancos del país. De manera que tenía casi todos los factores en su contra. Desde el año antes de producirse su ajusticiamiento, ya un grupo de dominicanos estaba pensando en dar a la dictadura. También en el año 1960 el Presidente Eisenhower, de los Estados Unidos, aprobó un plan para contribuir a deshacerse de Trujillo.
Los Estados Unidos temían que la crisis de la dictadura podía llegar a convertir a República Dominicana en un país comunista, debido a la fuerte represión a que había sido sometido el país. En 1960 un grupo de dominicanos hizo conexiones con representantes de la CIA (Agencia Central de Inteligencia), un organismo estatal norteamericano, con autoridad para ejercer acciones clandestinas en territorios extranjeros.
En verdad que los dominicanos involucrados en el complot contra Trujillo tenían armas disponibles y coraje de sobra, pero recurrieron al gobiemo de Estados Unidos a través del Cónsul Henry Dearbon, jefe de estación de facto de la CIA en Santo Domingo, para recibir muestras claras de que contarían con el apoyo norteamericano cuando mataran a Trujillo.
A través de la CIA se ofreció apoyo moral y conexiones para realizar el ajusticiamiento y atendiendo a las urgentes solicitudes de los líderes de la oposición internas, de armas para y protección personal, con el fin de ayudar en su esfuerzo por neutralizar a Trujillo; la CIA les envió 3 revólveres calibre 38 y tres carabinas con sus municiones correspondientes. Esto revela claramente las vinculaciones entre ambos grupos. A pesar del fuerte servicio de espionaje con que contaba Trujillo, un grupo de valientes ciudadanos se dispuso a dar fin a la tiranía de Trujillo.
Estas acciones estuvieron dirigidas por Roberto Pastoriza Neret, Luis Salvador Estrella Sadhalá, Luis Manuel Cáceres Michel (Tunti), Pedro Livio Cedeño, Huascar Tejada Pimentel, Modesto Díaz Quezada, Antonio Imbert Barreras, Juan Tomas Díaz, Amado García Guerrero, Antonio De la Maza, Miguel Báez Díaz y Amiamia Tió, y como hacía falta asegurar la participación de un personaje del Ejercito con capacidad para neutralizar una eventual reacción de los militares, leales al régimen, fue elegido el Secretario de las Fuerzas Armadas. Fue muy importante el apoyo que obtuvieron del general José Román Fernández, Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas, en ese momento.
El 30 de mayo de 1961, a eso de las 9:50 de la noche, el Generalísimo Rafael Leonidas Trujillo Molina, murió acribillado a balazos, en el kilómetro 7 de la autopista’ Santo Domingo-San Cristóbal (hoy 30 de Mayo, llamada así en recordación a este acontecimiento). Trujillo, quien gobernó en forma dictatorial el país desde 1930, se desplazaba a empañado solamente por su chofer, Zacarías De la Cruz, hacia la ciudad de San Cristóbal.
Dos vehículos persiguieron desde la Feria de la Paz al automóvil del Generalísimo, mientras un tercero bloqueaba la autopista se dijo que los primeros disparos alcanzaron a Trujillo que iba en el asiento trasero del vehículo y una vez herido ordenó a su chofer detenerse para responder la agresión, Trujillo y su chofer dispararon con sus armas a los conspirador que dejaron por muerto al oficial del Ejército, llevándose el cuerpo del gobernante en el baúl de uno de sus vehículos. Trujillo había salido de su casa en un Carro Chevroler, tras dejar un Chrysler Imperial a prueba de balas, con el que había visitado horas antes la Base Aérea de San Isidro.
En el ajusticiamiento participó un grupo encabezado Roberto Pastoriza Neret, Luis Salvador Estrella Sadhalá, Luis Manuel Cáceres Michel (Tunti), Pedro Livio Cedeño, Huascar Tejada Pimentel, Modesto Díaz Quezada, Antonio Imbert Barreras, Juan Tomás Díaz, Amado García Guerrero, Antonio de la Maza, Miguel Báez Díaz y Luis Amiama Tió entre otros.
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