Historia: Concepto y evolución
Que estudia la Historia
La Historia es la disciplina que intenta explicar los hechos del pasado. EI ser humano tiene un profunda deseo de conocer el pasado, pues esto Ie ayuda a entender su presente y orientarse can respecto al futuro. La explicación de ese pasado es tarea del historiador, el cual, para determinar que ocurrió y par que, recurre a las fuentes primarias, que son los vestigios que ese pasado ha dejado en el presente: diarios, fotografías, cartas, documentos oficiales, contratos, mapas, utensilios, monumentos, etcétera.
Las fuentes pueden ser también secundarias, que son aquellos escritos que fueron realizados, con posterioridad a los hechos objeto de estudio, a partir de las fuentes primarias.
EI problema de la objetividad
La que los historiadores hacen, a través del análisis de los documentos originales, es elaborar interpretaciones del pasado. EI historiador acude a las fuentes, las elige y ordena, decide 1o que es significativo y 1o que no, y establece relaciones. De esa forma, consigue que el mundo del pasado se haga comprensible.
La objetividad absoluta es imposible porque el historiador está condicionado par su personalidad, sus vivencias, sus preocupaciones y su propio contexto histórico. Aunque intente no hacer juicios de valor sobre personalidades a acontecimientos del pasado, no puede evitarlos; aunque sea de forma inconsciente, siempre existe una cierta subjetividad.
Toda obra de historia es imperfecta y parcial, pero debe estar justificada, apoyada y contrastada par las fuentes. De ahí que, en función de su mayor a menor aproximación a la verdad histórica, pueda hablarse de buenas a malas obras de historia. Par ejemplo, si se manipulan los vestigios del pasado en función de intereses determinados, como par ejemplo: reforzar un poder, el resultado será mucho menos verdadero que aquel que sea fruto del trabajo honesto del historiador llevado par la curiosidad y el deseo de comprender.
Pero no basta can descubrir los hechos, sino que es preciso explicarlos. EI historiador debe hacerse preguntas y buscar respuestas. Tiene que indagar en los archivos en busca de datos, pero también debe interrogar, comparar y, finalmente, construir una interpretación.
La multicausalidad
Uno de los objetivos de los historiadores es explicar los cambios que se producen en las sociedades. Según las épocas se han atribuido los cambios a causas muy distintas. Durante gran parte de la historia humana las personas creían que las causas de los acontecimientos y de los cambios eran de tipo divino, que todo 1o que sucedía era par voluntad de los dioses. Esta creencia se mantuvo hasta los siglos XVIII y XIX, cuando empezaron a predominar las explicaciones que atribuían todo a la voluntad de los grandes personajes, hasta que ya en el siglo XX se consideraron los factores económicos y sociales.
En la actualidad los historiadores están de acuerdo en que para analizar un fenómeno histórico deben tenerse en cuenta toda una variedad de causas: económicas, políticas, sociales, culturales, geográficas, etc., pero estas deben jerarquizarse señalando cual es en cada caso la más importante.
Los orígenes de la disciplina
El estudio histórico comienza en la Grecia de los siglos VI y V a.C., con las obras de historiadores como Heródoto y Tucídides, que mezclaban historia y fantasía. En el siglo XIX la Historia se convierte en una disciplina científica con la escuela alemana, en la cual se destacaron historiadores como Leopold von Ranke, que defendieron un análisis crítico de las fuentes históricas y, en concreto, de los documentos recogidos en los archivos.
A partir de entonces surge la profesión de historiador, que agrupa a un conjunto de especialistas que aceptan y comparten unas determinadas técnicas, fuentes y métodos de investigación. La historia que hicieron estos primeros historiadores científicos se concentraba en los aspectos políticos, diplomáticos y militares, y se ocupaba básicamente de los Estados y de los reyes, presidentes y líderes políticos.
La gran renovación de los estudios de Historia
A mediados del siglo XX, se impuso una nueva forma de hacer historia muy distinta de la historia del siglo XIX. Las nuevas tendencias aparecieron en Francia, en torno a la famosa escuela de Annales, surgida en 1929, entre cuyos miembros se destacan los historiadores Marc Bloch y Lucien Febvre.
Los nuevos historiadores pretendían renovar los estudios históricos incorporando al análisis histórico el resto de las Ciencias Sociales. De esta forma, aspiraban a abordar todos los aspectos de la vida humana para lograr una «historia total.»
Frente a la vieja historia, que era un simple relato de hechos y acontecimientos concretos, los nuevos historiadores se centraron en el análisis de un conjunto de facto res que influyen en los hechos históricos, como la geografía, la economía, la demografía, etc. Además, frente a la historia tradicional centrada en los grandes personajes, la nueva historia tenía como objeto de estudio los fenómenos colectivos y las masas anónimas.
Un destacado miembro de los Annales, Fernad Braudel, dividió el tiempo histórico en fenómenos de corta duración (acontecimientos), de media (procesos económicos y sociales) y de larga duración (las relaciones del ser humano con el medio geográfico), considerando relevantes solo los fenómenos de media y larga duración.
La vuelta a la historia política y narrativa
A partir de la década de 1970, los historiadores quisieron volver a contar historias con rostro humano, preocupándose de nuevo por los factores políticos, derivados de las decisiones e intenciones de los individuos, así como por los factores afectivos: los sentimientos, los valores, las emociones, las formas de comportamiento, etcétera.
En la actualidad predominan los estudios históricos que analizan la interrelación entre los acontecimientos y las estructuras económicas y sociales.
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