Para 1920 cuando compuso el Chôro Nº 1, Villa-Lobos ya había compuesto dos Suites importantes y media docena de piezas independientes para guitarra, en 1929 comienza a componer su serie de 12 estudios donde resume la técnica de su tiempo, y en 1940 añade una colección de 6 Preludios, de los cuales solo subsisten 5. Parece haber incertidumbre sobre cuando terminó sus estudios, que fueron publicados recién en 1953. Los Estudios están dedicados a Andrés Segovia. Los frutos del talento de Villa-Lobos han legado un precioso regalo a la historia de la guitarra tan grande como Scarlatti legó al clavicordio y Chopin al piano.
No es de impresionar que estos Estudios sean una expresión de la guitarra, ya que la guitarra fue el primer instrumento entre tantos que aprendió Villa-Lobos a la edad de 6 años, no solamente familiarizándose con su uso en la música popular brasileña, sino que realizó arduos estudios de los métodos de aquellos virtuosos del siglo XIX como lo fueron Dionisio Aguado y Mateo Carcassi. Villa-Lobos compuso también para guitarra y flauta o voz, su Sexteto Místico para flauta, oboe, saxofón alto, guitarra, celesta y arpa (1917). Segovia le pidió constantemente que componga un concierto para guitarra y orquesta; gracias a la mediación de Arminda (la segunda esposa de Villa-Lobos), Segovia finalmente obtiene un concierto para guitarra y pequeña orquesta en 1951. Villa-Lobos fue un gran violinista, conductor de orquesta y coros.