Impostación es un neologismo que se emplea para indicar «voz bien ubicada».
Depende de tres factores:
1) Correcta respiración.
2) Actividad natural y controlada de los órganos de fonación.
3) Perfecta resonancia.
Del equilibrio entre ellos dependerá la buena impostación.
El mecanismo de la respiración es un acto fisiológico que se realiza por dos movimientos, uno de inspiración que permite introducir el aire desde las fosas nasales, pasando por la laringe, la tráquea y los bronquios hasta los pulmones, y el otro de espiración que se produce al ser expelido este aire efectuando el mismo recorrido a la inversa.
En este mecanismo intervienen gran cantidad de músculos. El principal es el diafragma, especie de tabique que divide horizontalmente el tronco en dos partes: arriba la cavidad toráxica y debajo la abdominal.
En una inspiración normal, el aire penetra por la nariz (en casos particulares -pausas muy breves-, podrá respirar se por la boca), dilata las paredes inferiores y media de los pulmones, agranda el pecho, baja el diafragrna presionando los órganos del vientre y provoca de esta manera el movimiento de las costillas. Los hombros deben quedar inmóviles mientras el abdomen aumenta su diámetro.
El movimiento del tórax y del abdomen deben ser armoniosos, sin predominio de uno sobre otro.
Antes de iniciar la espiración se intercala un breve intervalo o tiempo de retención.
Luego se produce la espiración que cumple la tarea más importante, pues el aire expelido hará vibrar las cuerdas vocales, produciendo el sonido.
Por consecuencia, la distinta «administración» del aire expelido por el dominio del movimiento diafragmático, dará apropiada intensidad al sonido vocal.
Este proceso de respiración y producción del sonido se efectuará con la mayor naturalidad, evitando toda contracción o dureza.
Creemos conveniente que el estudiante conozca, aunque en forma elemental la constitución de su aparato vocal,
Laringe: es un tubo en forma de embudo redondeado, cuyo vértice se apoya en la tráquea y su base en la parte inferior de la lengua. Ocupa la parte media y delantera del cuello (detrás de la faringe). En su comunicación con la boca existe una abertura llamada glotis cubierta por una especie de válvula que se denomina epiglotis.
Cuerdas vocales: a cada lado de la glotis se encuentran repliegues algo achatados, llamados cuerdas vocales. Son cuatro: dos inferiores .v dos superiores. Las inferiores son las verdaderas porque vibran mientras que las superiores no intervienen en la producción del sonido.
La lengua y los labios articulan y modulan la palabra.
El proceso comentado ‘de respiración y producción del sonido vocal no bastaría para conformar una voz bien impostada. Hará falta obtener una resonancia correcta mediante los resonadores faciales: rinofaringe, velo del paladar clientes senos maxilares, esfenoidales y frontales.
Al estudiante puede dársele una orientación clara, sin entrar en engorrosas explicaciones, haciéndole comparar su aparato vocal con un instrumento musical de viento a fuelle. Como en el caso del instrumento debe llenar sus pulmones (fuelles) mediante una inspiración profunda.
Retendrá brevemente la salida del aire, preparando los resonadores (a la manera de bocina) y ejerciendo una presión diafragmática para expeler el aire, coordinando mentalmente la tensión de las cuerdas vocales según la altura del sonido deseado.
La posición de la boca debe ser redondeada, con labios algo sobresalientes, lengua en su, base, achatada, paladar levantado en tenue posición de bostezo.
El sonido se proyectará hacia la parte superior, por encima del bostezo, hacia las fosas nasales o labio superior, con la intención de enviado a distancia lejana.
Dos momentos importantes merecen especial atención: el ataque y el final del sonido. El ataque se efectuará, tratando de que la contracción o acercamiento de las cuerdas vocales (acto voluntario) se efectúe en el preciso momento en «que se produce la presión neumática, evitando toda dureza. El aire, en su salida debe poner en vibración a las cuerdas vocales, sin esfuerzo. La eclosión brusca en la salida del aire producirá un sonido ingrato, desagradable, que se denomina «golpe de glotis».
Es necesario insistir pues, sobre la absoluta naturalidad y soltura muscular del cantante.
El final del sonido se produce al cesar la presión del aire, sin contraer abruptamente la glotis. Como en el ataque, conviene que coincida la cesación del impulso neumático con la separación de las cuerdas vocales o su vuelta al estado pasivo.
En la ejecución vocal, debe ejercerse un control auditivo constante. El apoyo de la voz se produce en las vocales, las consonantes son elementos .transitorios. Por eso, es necesario detenerse un poco en la impostación de cada una de las vocales. No obstante debe mantenerse una posición común de los resonadores y la boca, que consiste en dientes separados, labios redondeados, paladar elevado, conservando la antes mencionada posición de bostezo.
La vocal «A,» debe pronunciarse con ‘la boca redondeada, como una bocina, los labios en óvalo y la lengua achatada en su base. Se enviará el sonido hacia el labio superior. Se evitará posición do sonrisa.
La vocal «.E,:’ se obtendrá con la posición de la »’A», proyectando la lengua hacia los incisivos inferiores. Se evitará bajar el paladar.
La vocal «I» seguirá la misma indicación de la HA», pero en esta vocal hay que esforzarse en no cerrar demasiado la abertura de los labios y no levantar mucho la lengua. En ningún caso debe moverse el maxilar inferior.
La vaca! «O» mantendrá la misma posición de bostezo, evitando su vibración demasiado atrás.
La vocal “U” es la más cómoda, porque en ella, la boca adquiere redondez. Es necesario, siempre, mantener la posición separada de los dientes, el achatamiento de la lengua .Y la redondez de los labios.
Algunos autores aconsejan la emisión de todas las vocales a semejanza de la »I», para evitar el «calado». Especialmente las vocales; «A», y «O» tienden, por su propio «timbre», a bajar de entonación.
La posición de los resonadores se adaptará en parte a los movimientos naturales de la laringe, porque ésta cambia de posición según sean los sonidos graves o agudos. La boca se entubará bajando un poco el maxilar inferior en las notas graves, en cambio , se abrirá más, elevando algo el labio superior, en los sonidos agudos.