Flauta dulce
Definición:
La flauta dulce o flauta de pico es un instrumento de viento muy antiguo. Popular desde la Edad Media hasta finales del Barroco, fue quedando relegado su uso al desarrollarse la orquesta clásica, poblada de instrumentos más sonoros. A partir del Siglo XX retorna de los museos, en principio por el interés de interpretar la música renacentista y barroca con sus instrumentos originales, pero su difusión mundial se basa en las posibilidades pedagógicas como herramienta para la iniciación musical.
A partir del Renacimiento la flauta dulce se construye y utiliza formando familias que asemejan la distribución tonal de la voz humana, mediante conjuntos (consorts, en inglés), también comunes en los instrumentos de cuerda (violín-viola-violoncello-contrabajo). Por este motivo existen Flautas dulces de menos de 15 centímetros de longitud, hasta modelos de más de 2 metros. Las más difundidas y conocidas -sin embargo- son la flauta dulce soprano, instrumento común en las escuelas para iniciación musical, y la flauta dulce alto o contralto. Todas tienen una tesitura de dos octavas y media, y -en general- son instrumentos basados en yucade DO o FA:
1. Piccolino – fa’’’
2. Exilent – do’’’
3. Sopranino – fa’’
4. Soprano – do’’
5. Alto – fa’
6. Tenor – do’
7. Bajo – fa
8. Gran Bajo – do
9. Contrabajo – FA
Otros miembros de la familia son las llamadas
* Voice Flute, tenor en re, con la misma tonalidad básica que el traverso.
* Fourth Flute y Sixth Flute, las utilizadas p. ej. en los conciertos de John Baston.
Historia:
En el Siglo XVII se produjeron varios cambios en la construcción del instrumento, resultando en lo que se conoce como «flauta dulce barroca» . Las innovaciones permitieron esta marca en una tesitura de dos octavas cromáticas, y la obtención de un timbre más «dulce» que los modelos anteriores. Durante el Siglo XVII, en forma algo confusa, el instrumento es a menudo referenciado simplemente como «Flauta» (Flauto en italiano), mientras que la flauta travesera es llamada «Traverso». Para esta flauta dulce fue que Bach escribió su 4º Concierto brandenburgués en Sol mayor, a pesar de que Thurston Dart sugirió erróneamente que fue escrito para flageolets.
El compositor Johann Sebastian Bach empleó flautas dulces en la instrumentación de diversos conciertos y cantatas Realmente, Bach escribió esta obra para dos «flauti d’echo», o flautas de eco, un ejemplo de las cuales sobrevive hasta hoy en Leipzig. Consiste en dos flautas dulces en fa, conectadas por pestañas de cuero, de forma que una de ellas se usa para tocar «forte» , la otra «piano».
Antonio Vivaldi escribió tres conciertos para «flautino», un instrumento que se pensaba correspondía al píccolo. Actualmente se acepta que realmente, se trataba de la flauta dulce sopranino. Sin embargo en uno de los manuscritos de estos conciertos se puede leer la indicación «strumenti alla quarta bassa» , hecho que ha llevado a formular la hipótesis que en realidad el instrumento pensado por Vivaldi para estos conciertos era la flauta dulce soprano.Esta hipótesis está avalada por la muy escasa presencia de la flauta dulce sopranino en el barroco tardío y varias referencias al «flauto piccolo» o «flautino» indicando la flauta soprano en re o en do.
Declive de la flauta dulce:
El uso del instrumento declinó después del Siglo XVIII. Christoph Willibald Gluck impulsó una de sus últimas apariciones en la ópera Orfeo y Eurídice. Durante la época romántica, la flauta dulce fue totalmente desplazada por la flauta travesera.
Renacimiento moderno:
La flauta dulce renació a principios del Siglo XX, gracias al interés de los intérpretes de música renacentista y barroca en utilizar los instrumentos originales de aquellas épocas. Uno de los principales impulsores de su uso fue Arnold Dolmetsch en el Reino Unido, quien junto a otros estudiosos e intérpretes en Alemania ayudó a difundir el instrumento.
A mediados del Siglo XX, varios fabricantes fueron capaces de construir flautas dulces en bakelita y derivados plásticos, produciendo un instrumento barato y accesible. A causa de esto, las flautas dulces comenzaron a ser muy populares a nivel escolar, considerando además su relativamente sencilla técnica inicial, y el hecho de no ser instrumentos tan estridentes en manos musicalmente no experimentadas.
Parte del éxito de la flauta dulce es su pobre reputación de «instrumento para niños». Esto se debe a la facilidad de generar sonidos, aunque no siempre los principiantes logren sonidos agradables. Otra característica por la cual se subestima la flauta de pico es la creación de las flautas de digitación alemana, que es más fácil que la digitación barroca que se debe aprender para tocar a nivel profesional y estudiar este instrumento en un conservatorio. Sin embargo, es incorrecto suponer que la maestría es también sencilla; al igual que cualquier otro instrumento musical, requiere estudio y talento para tocar en un nivel avanzado.
Una figura influyente en el renacimiento de la flauta dulce como instrumento serio de concierto fue David Munrow, cuyo doble album «El Arte de la Flauta dulce» (1975) , permanece como una importante antología de la música para el instrumento a través de las diferentes épocas. Sin embargo, en modo casi unánime se indica a Frans Brüggen como el personaje más influyente en el renacimiento de la flauta dulce en los escenarios musicales alrededor del mundo. Sus numerosos discos y su actividad pedagógica en Ámsterdam contribuyeron en modo indeleble a formar la así llamada «escuela holandesa» de la flauta, de la cual hoy en día prácticamente todas las escuelas profesionales de flauta dulce descienden directamente o indirectamente.
Compositores modernos de gran estatura han escrito obras para la flauta dulce, incluyendo a Paul Hindemith, Luciano Berio, John Tavener, Michael Tippett, Benjamin Britten, Leonard Bernstein, y Gordon Jacob. También es ocasionalmente utilizada en música popular, incluyendo grupos como los Beatles, los Rolling Stones, Led Zeppelin, Jimi Hendrix.
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